Para una alfombra, el pasillo es la zona de guerra. El lugar más transitado de la casa, donde más se pisa y el que más sufre. Por eso, que la alfombra de pasillo sea buena y resistente no solo es conveniente: es imprescindible.
¿Por qué poner una alfombra en el pasillo?
Hay muchos motivos para poner una alfombra en el pasillo.
- En primer lugar, para vestirlo. Una alfombra da prestancia, elegancia y revitaliza el pasillo dando nueva vida a una zona que habitualmente está muy descuidada en las decoraciones.
- En segundo, para iluminarlo. Sobre todo en pasillos oscuros o mal iluminados, una alfombra de pasillo en un color claro o que contraste con el suelo ayudará a mejorar la sensación de espacio percibido y conseguirá aportar más luz al ambiente.
- En tercer lugar, para proteger el suelo del tráfico continuo. Porque una alfombra se puede reemplazar tras mucho tiempo de uso, pero suelo, solo tenemos uno. Por eso la alfombra de pasillo se encarga de soportar el desgaste que permite que nuestro suelo continúe como el primer dí
¿Qué le tenemos que pedir a una alfombra pasillera?
Los requisitos de una alfombra de pasillo no son los mismos que una alfombra de salón o de dormitorio, por ejemplo.
- Una alfombra pasillera ha de ser resistente, antes que nada y por encima de todo.
- También, fácilmente lavable, ya que es la alfombra que más se va a pisar de toda la casa.
- Ha de quedar lisa y plana, para evitar que se mueva y que se pueda tropezar con ella.
- Y ha de ser fina, por el mismo motivo (evitar tropezones) y facilitar los desplazamientos con comodidad.
Con todos estos requisitos no es de extrañar que no valga cualquier alfombra para un pasillo. Igual que no vale cualquiera para ser pívot de baloncesto, por ejemplo.
Entonces, ¿qué tipo de alfombra es la mejor para un pasillo?
Ya tenemos un perfil muy claro: alfombra lavable, resistente, lisa y plana.
Descartamos de entrada cualquier tipo de alfombra delicada, de mantenimiento difícil o exigente.
Igualmente alfombras de pelo largo, propensas a acumular polvo y suciedad.
También descartaremos las alfombras excesivamente gruesasoflexibles, para evitar tropezones, bien por el grosor, bien porque se muevan.
Los materiales naturales no los recomendaríamos, por su deterioro mayor que los sintéticos y tener mantenimiento más complicado.
Nos quedan pues alfombras de materiales sintéticos y resistentes (como poliamida, poliéster, polipropileno o vinilo).
Dentro de este tipo tenemos alfombras con pelo corto, pero hay que aspirarlas con mucha frecuencia para mantenerlas como nuevas y que no acumulen suciedad.
Alfombras de pasillo vinílicas, las mejores, por eliminación y por aclamación
Así que por eliminación nos quedamos con las alfombras de pasillo vinílicas, que cumplen todos los requisitos y marcan todas las casillas:
- Son lavables (incluso con fregona)
- Son finas (3 mm de grosor)
- Son ultra resistentes
- Tienen base antideslizante y se quedan pegadas al suelo
- Tienen textura con su superficie tejida y aportan calidez y decoració
- Y se cortan a la medida necesaria para el largo del pasillo.
¡Ya ves que lo tienen todo!